Sheij Khaled Abou el Fadl; Professor of Law, UCLA School of Law Islamic Scholar. ALMA Mater YALE University, Princeton University, University of Pennsylvania Law School.
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En mi opinión, es un error que una mujer musulmana siga usando el velo o el hiyab si hacerlo le implica: i) Atraer una atención indebida hacia ella, ii) Ponerla en riesgo de daño de cualquier tipo, iii) Dificultad para ella en cuanto a la consideración de su capacidad para testificar bajo juramento, iv) Dificultad para educar a los no musulmanes en cuanto a la verdad del mensaje islámico. Cuando se trata de cuestiones de ética aplicada/práctica, las prácticas y los hábitos de las personas suelen ser decisivos para definir lo que es bueno y deseable, y diferenciarlo de lo que no es bueno ni deseable. Por lo cual hay aspectos que la gente ha llegado a reconocer como bueno a través de sus experiencias prácticas y pragmáticas, y otros que se han vuelto socialmente reconocidos como inaceptables e indeseables a través de experiencias prácticas y pragmáticas. Como todas las cuestiones de ética práctica, a menudo hay un debate sobre la base empírica relevante para afirmar que algo es socialmente deseable o indeseable. Entonces, por ejemplo, ¿son las prácticas de los musulmanes en una región específica, nación o alguna otra unidad social reconocible las que son relevantes? o es la práctica de la humanidad en general?; ¿o son las prácticas de musulmanes y no musulmanes en una región o nación en particular? ¿Cuáles son los límites adecuados y los límites que deben trazarse? El Sagrado Corán aborda la vestimenta y la modestia de las mujeres principalmente en dos ocasiones diferentes: 1)En la primera de estas ocasiones, el Corán afirma: "Y di a las creyentes que bajen la mirada y guarden su castidad, y no muestren de sus atractivos (zinah) en público sino lo que de ellos sea aparente con decencia, así pues, que se cubran el escote (juyub) con el velo (khumur). Y que no muestren nada más de sus atractivos a nadie salvo a sus maridos, sus padres, sus suegros, sus hijos, los hijos de sus maridos, sus hermanos, los hijos de sus hermanos, los hijos de sus hermanas, las mujeres de su casa, aquellas que sus diestras poseen, aquellos sirvientes varones que carecen de deseo sexual, o a los niños que no saben de la desnudez ('awrāt) de las mujeres; y que no hagan oscilar sus piernas al caminar para llamar la atención hacia sus atractivos ocultos" (Q 24:31) 2)En la segunda de estas ocasiones, el Sagrado Corán afirma: "Oh Profeta, di a tus esposas y a tus hijas y a las mujeres creyentes que deben cubrirse con sus vestiduras externas (jalābīb) cuando estén en público. Eso es más adecuado para que sean reconocidas y no sean importunadas" (Q 33:59) En cuanto al primer verso, la pregunta es cómo se interpreta del árabe la palabra khimār (plural khumur), y ¿qué pretendía cubrir el khimār como prenda de vestir? Muchos eruditos han argumentado que khimār, por definición, es una pieza de tela que cubre todo el cuerpo de una mujer y se dibuja sobre la cara, por lo que, en efecto, encierra todo el cuerpo de una mujer en un velo. Muchos otros han argumentado que un khimār es un trozo de tela que cubre el cabello y todo el cuerpo excepto la cara. Sin embargo, en mi opinión, y Dios sabe mejor que nadie, ambas escuelas de pensamiento son ahistóricas al presumir la existencia de una práctica histórica que no ha sido probada. La evidencia de que el khimār en el Hijaz preislámico (lugar donde vivían las tribus árabes antes de la llegada del islam) cubría la cara o cubría el cabello simplemente no existe. Lo único que el versículo del Sagrado Corán nos permite decir de manera concluyente es que a las mujeres musulmanas se les pedía que se cubrieran los juyūb (el escote / los pechos) con un trozo de tela (khimār); no sabemos si cubría el cabello o la cara. En otras palabras, el Corán en este versículo pide a las mujeres que se cubran el pecho. Cualquier cosa más allá de eso requeriría una investigación exhaustiva sobre las prácticas sociales de vestir khimār en el momento de la revelación, y la evidencia histórica es mucho más diversa y compleja de lo que muchos académicos contemporáneos suponen. El tema del khimār está estrechamente relacionado con el tema del zīnah. El primer verso coránico comienza con una instrucción de que las mujeres musulmanas no revelen su zīnah y luego procede a decir que el khimār debe cubrir el pecho. El tema crítico en este versículo es que el Corán comienza estableciendo un paradigma de modestia con la instrucción de bajar la mirada, y luego especifica que la modestia implica no mostrar zīnah excepto ante personas de relaciones aceptables, como un esposo, padre o hijo, antes de proceder a afirmar que el khimār debe cubrir el pecho. La referencia a “no oscilar las piernas al caminar” muy probablemente se refiere a un contexto histórico específico. Hay un informe que indica que en el momento de la revelación, las mujeres de mala reputación usaban un tipo de tobilleras que hacían ruido al caminar. Aparentemente, esto se utilizó como una forma de publicidad de sus servicios. Ya sea que este informe sea histórico o no, la referencia a “no oscilar las piernas al caminar” y no revelar sus atractivos ocultos (partes íntimas) busca enseñar modestia, y no llamar la atención no deseada sobre uno mismo. La mayoría de los eruditos contemporáneos NO diferencian entre el tema de ʿawrah (partes del cuerpo que deben cubrirse, partes íntimas) y zīnah (atractivos). En otras palabras, asumen que zīnah es igual que mostrar las partes íntimas y que revelar el ʿawrah es idéntico a zīnah. La palabra ʿawrah se menciona en el Corán en dos contextos relevantes: 24:31 y 24:58, ambas veces connota algo privado y personal. En la literatura de hadices, el término ʿawrah se refiere a algo que es personal y debe ser apartado u oculto. Hay un hadiz que describe a todas las partes del cuerpo de las mujeres como ʿawrah; sin embargo la autenticidad, la connotación y el contexto de este hadiz requerirían una larga discusión. En la literatura de jurisprudencia, ʿawrah se refiere a partes privadas que deben cubrirse y no revelarse. Como mencioné, los eruditos contemporáneos se han acostumbrado a no diferenciar entre ʿawrah y zīnah. En otras palabras, leen la referencia coránica a la zīnah como una referencia a la ʿawrah de las mujeres ante los hombres extraños. Esta omisión de diferenciar los términos zīnah y ʿawrah no está justificada. Zīnah es lo que una persona usa para adornarse a sí misma o lo que muestra una persona para hacerse notar y llamar la atención. En mi opinión, está muy claro que lo que se considera zīnah es una cuestión de ética aplicada, es decir, difiere de un lugar a otro y de un tiempo a otro. Lo que se considera exhibiciones ornamentales inmodestas de embellecimiento en una parte de África podría ser completamente diferente a lo mismo en Mongolia. En esencia, el Corán aconseja la modestia en lo asociado a la apariencia física. No hay evidencia de que mostrar el cabello sea, por definición, parte de la zīnah de una mujer. Según el lugar y el contexto, una mujer puede ser modesta sin cubrirse el cabello, y lo contrario también es cierto. Una mujer puede cubrirse el cabello y seguir siendo inmodesta mostrando su zīnah. En cuanto al segundo verso del Sagrado Corán, la terminología en árabe es bajar el jilbāb (vestimenta exterior) para cubrir la parte inferior del cuerpo o el cuerpo en sí. Un jilbāb es cualquier prenda exterior usada por hombres o mujeres que cubre partes no especificadas del cuerpo. (El traductor M.A.S. Abdel Haleem señala correctamente que la expresión utilizada en el Corán significa hacer que las prendas "cuelguen bajo", no "envolverse alrededor" como otros traductores han asumido). El contexto de este verso indica que el propósito de la revelación coránica es abordar un problema social específico en el momento de la revelación. Esto se aclara con el verso que sigue al citado anteriormente. El verso 33:60 amenaza a los hombres que causan el problema (es decir, los acosadores o abusadores) diciendo que si los hipócritas, pervertidos y difamadores en Medina no dejan de causar daño, podrían ser expulsados de la ciudad por completo. Varias fuentes informan qué en la época del Profeta, los malhechores merodeaban por las calles y acosaban o molestaban a las esclavas. Si una mujer resultaba ser libre, estos hombres la dejaban en paz. Algunos estudiosos clásicos afirmaron que el propósito de la revelación era distinguir entre mujeres libres y esclavas instruyendo a las mujeres libres a cubrirse con sus jilbāb porque las esclavas no llevaban jilbāb. Otras fuentes informan que el propósito era precisamente el opuesto: las mujeres musulmanas se cubrirían con el jilbāb para que los malhechores no pudieran distinguir entre una esclava y una mujer libre, y así no pudieran acosar a ninguna de ellas. Está claro por el mismo lenguaje del verso que el propósito de esta ordenanza es proteger a las mujeres de daño, y en mi opinión, también está claro que la narrativa buscaba apoyar la equidad entre las clases y el trato igualitario de las mujeres de diferentes estatus sociales. Vale la pena enfatizar qué si se toman ambas revelaciones coránicas, lo que me parece claro es que el Corán pone un gran énfasis en la modestia y la humildad. Las narrativas sobre el khimār y el jilbāb no generan necesariamente el tipo de vestimenta y tocado uniforme y determinante conocido como el hiyab en nuestra era contemporánea. Gran parte de lo que se considera el ʿawrah (partes íntimas) de las mujeres proviene de la tradición de los hadices. Hay un informe atribuido al Profeta (que la paz sea con él) en el que se dice que el Profeta instruyó a Asmāʾ que una vez que una mujer alcanza la pubertad, las únicas partes del cuerpo que pueden mostrarse son las manos y la cara. Sin embargo, esta tradición ha sido objeto de un debate considerable y, como mínimo, su isnād (cadena de transmisión) es problemático. Otro informe atribuido a ʿĀʾisha afirma que cuando se decretó el hiyab en el último año de la vida del Profeta, las mujeres cubrieron sus cabezas de inmediato y se parecían a "cuervos negros". Sin embargo, hay varios problemas con la autenticidad de este hadiz. Los problemas que encontramos en la literatura de los hadices sobre este tema se reflejan en la gama de opiniones jurídicas sobre el tema de ʿawrah. Después de extensos discursos sobre el Corán y los informes de los hadices, la clara mayoría de los juristas concluyen que el ʿawrah de una mujer libre es todo su cuerpo excepto la cara y las manos. Una minoría de juristas concluye que todo el cuerpo de una mujer libre, incluida su cara y su voz, es ʿawrah. Es importante destacar que una clara mayoría de los juristas también concluye que el ʿawrah de una esclava es desde el ombligo hasta la rodilla. Para los juristas clásicos, el problema era el estatus social de las mujeres. Se esperaba que las mujeres libres cubrieran sus cuerpos; no se esperaba que las esclavas cubrieran sus cuerpos, excepto en el área entre la rodilla y el ombligo. Muy a menudo, cuando se trataba de mujeres que trabajaban, como las mujeres del bazar, los juristas permitían que las mujeres no cubrieran su cabello o sostenían que las mujeres que tenían que ganarse la vida debían vestirse de una manera que no obstaculizara su sustento. Se puede concluir que el problema crítico para los juristas clásicos no era la seducción sexual, sino el estatus social que significaban diferentes formas de vestimenta. Si por definición los brazos y el cabello de las mujeres se consideraban ʿawrah, entonces no importaría si una mujer era esclava o libre. El hecho de que la gran mayoría de los juristas clásicos establecieran diferentes expectativas dependiendo de la posición social de las mujeres subraya el hecho de que la ley consuetudinaria y los hábitos sociales desempeñaron un papel crítico en este campo. En mi opinión, dado que no hay tradiciones de hadices confiables, y que el discurso jurídico clásico se basa en el estatus social de las mujeres, nos obliga a centrarnos y dar peso al discurso coránico por encima de todo lo demás. Como se discutió anteriormente, el discurso coránico enfatiza la modestia, el bajar la mirada y no ostentar la zīnah. Además, el Corán enfatiza que las mujeres deben ser protegidas de acoso o abuso. En mi opinión, teniendo en cuenta todos estos factores, se destaca y se enfatiza el papel de los hábitos y costumbres sociales en este campo. Como mencioné anteriormente, la práctica histórica de las primeras generaciones de musulmanes es mucho más matizada y diversa de lo que muchos escritores contemporáneos presumen. Por ejemplo, tenemos informes de mujeres en el Hijaz poco después de la muerte del Profeta que no cubrían su cabello en público. La gran descendiente del Profeta, Sakinah bint al-Ḥusayn bin 'Alī (también conocida como Fāṭimah al-Kubrā), se informa que inventó un peinado o estilo conocido como al-ṭurrah al- Sukayniyyah (rulos al estilo de Sukaynah) que llevaba en público. Se negó a cubrir su cabello y se informa que fue imitada por las mujeres nobles del Hijaz. También debo mencionar que los textos sobre la conducta ética a menudo informan opiniones de los compañeros y sucesores de que cubrir el ʿawrah es más un valor moral que una medida física. Por ejemplo, se informa que salvaguardar el ʿawrah implica respetar la privacidad y la dignidad de los demás y no simplemente respetar su integridad física. El chismorreo o hablar mal de las personas es una violación de su ʿawrah y mucho más grave que ver una parte de su fisiología. Esto nuevamente señala el hecho de que los temas de ʿawrah y zīnah no deben abordarse de la manera formalista y mecánica empleada por los musulmanes contemporáneos. Los musulmanes contemporáneos deberían estar mucho más enfocados en comprender y buscar las cualidades éticas invocadas por la aspiración de modestia, humildad y dignidad que en el adorno regimentado de un código de vestimenta. Habiendo expuesto todo lo anterior, mi conclusión, y solo Dios sabe mejor, es qué si el hiyab hace que las mujeres se destaquen poniéndolas en peligro, o llamen la atención no deseada sobre ellas, o suponga el riesgo de daño para las mujeres, y considerando qué según los hábitos y costumbres sociales de los Estados Unidos, una mujer que expone su cabello no sería considerada inmodesta o licenciosa en ningún grado, es permisible para una mujer NO usar un cubrimiento de cabeza en los Estados Unidos. En mi opinión, es contrario a los propósitos de la Shariʿah (ley islámica) que una mujer se exponga a cualquier tipo de daño simplemente con el propósito de cubrir su cabello. De hecho, es mucho más consistente con los propósitos de la Shariʿah que una mujer ponga más énfasis en educar a sus conciudadanos sobre el islam y los musulmanes en lugar de enfocarse en su apariencia física. Por último, quiero señalar que es irónico que en la era moderna el hiyab se haya convertido en un símbolo de identidad islámica. Histórica y teológicamente, el cubrimiento de cabeza se encuentra entre ciertos sectores cristianos y judíos y se respalda en estas tradiciones con expresiones textuales que son mucho más claras y determinantes que en su contraparte islámica. Es bastante irónico que los musulmanes modernos, al menos desde finales de la década de 1970, hayan optado por hacer del cubrimiento de cabeza un componente integral de la política de identidad islámica cuando sus propias expresiones escriturales son mucho menos determinantes que las de sus contrapartes judías y cristianas. No hay nada inherentemente islámico en el hiyab, excepto por el hecho de que los movimientos sociales musulmanes, al menos desde finales de la década de 1970, han optado por incluirlo en el catecismo islámico. En mi opinión, la humildad, la modestia y la piedad personal son mucho más valoradas a los ojos de Allah que cualquier atuendo físico formal, independientemente de su apariencia santificada. Y solo Dios sabe mejor.
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