Sheij Khaled Abou el Fadl; Professor of Law, UCLA School of Law Islamic Scholar. ALMA Mater YALE University, Princeton University, University of Pennsylvania Law School
WEB: www.usuli.org
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Estimado Dr. Abou El Fadl,
Me gustaría comenzar diciendo que soy un ávido lector de su trabajo y tengo un profundo respeto por la tradición islámica. Si no le resulta molesto, tengo algunas preguntas que aún no he encontrado respuestas satisfactorias. Un buen amigo mío me planteó recientemente el tema de la esposa del Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), Aisha. Me desconcertó bastante cómo responder, especialmente porque formuló la pregunta aproximadamente de la siguiente manera: "¿Muhammad violó a una niña?". El uso de la palabra "violar" para describir la relación entre el último mensajero de Allah y su segunda esposa me desconcertó, especialmente ya que mi comprensión era que dicho matrimonio era uno de gran amor y amistad, como se registra en la Sunnah (tradiciones del profeta). También me perturbó porque yo mismo soy un admirador de Aisha, por su valentía (como en la Batalla del Camello) y por su importancia en la transmisión de los hadices (registro hablado del profeta y sus compañeros)
Siendo honesto, mi intento de responder a la pregunta de mi amigo fue vergonzoso, y traté desesperadamente de explicar que los estándares modernos de matrimonio no pueden aplicarse a Arabia del siglo VI y VII. Esta es, de hecho, mi opinión, pero temiendo cómo mi amigo podría ver la religión que yo amo tanto, mencioné que la edad de Aisha era de doce años en lugar de nueve. Como seguramente sabrá, Salih al-Bujari registra que Aisha misma narró que tenía seis años en el momento del matrimonio y nueve en el momento de la consumación. Sin embargo, he leído a Ibn Sa'd al-Baghdadi, con Hisham ibn Urwah como fuente, e Ibn Khallikan, ambos mencionan nueve como la edad del matrimonio y doce para la consumación. Otras teorías más modernas han situado su edad incluso hasta los quince o dieciocho años. Tiendo a estar en desacuerdo con estas últimas opiniones, ya que su lógica a menudo no es consistente y en ocasiones retratan a Aisha como una mentirosa que exageró su edad. Esta afirmación no puedo aceptarla, ya que comprometería la integridad de Aisha al registrar la vida del Profeta (que la paz y las bendiciones de Dios sean con él). Le pido disculpas, ya que estoy seguro de que este es un tema que le plantean con bastante frecuencia. Me preguntaba cuál es su opinión sobre las citas de al-Baghdadi e Ibn Khallikan, así como su opinión sobre la edad de Aisha y cómo respondería a la pregunta de mi amigo.
Gracias por su tiempo y al-salamu 'alaykum.
[Nombre oculto por privacidad]
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Al-salamu ‘alaykum,
Gracias por escribirme. Sí, de hecho, tengo dudas al responder mensajes como este. No solo debido al número de veces que he tenido que abordar esta pregunta, sino también porque muchas de las consultas que recibo provienen de islamófobos que intentan disfrazarse como musulmanes sinceros que se enfrentan a una crisis existencial seria.
La respuesta inicial es educarse en historiografía y en la construcción de tradiciones didácticas y dialécticas. Como Denise Spellberg demuestra en su libro sobre Aisha, Aisha se convirtió en una figura que se ha convertido en una especie de “tapiz histórico” en el que muchas orientaciones históricas e ideológicas se han enfrentado, han negociado y han intentado resolver valores normativos islámicos. Si has leído la Biblia, o de hecho cualquier fuente histórica sobre el matrimonio, te darás cuenta rápidamente de que los matrimonios infantiles, o lo que hoy llamamos matrimonios infantiles, eran un fenómeno muy común. De hecho, siguen siendo un fenómeno muy común. Sin embargo, la propia idea respecto a la infancia, la adolescencia y la adultez, cuando la mayoría de las mujeres no alcanzaban los treinta años o morían durante el parto, es una construcción históricamente contingente, y no un hecho objetivo o empírico. De hecho, cuando Ibn Khallikan o Ibn Sa'd, Ibn Hisham o Ibn Ishaq o al-Dhahabi transmitían informes sobre Aisha, no estaban transmitiendo una edad específica como un número de años que una persona ha estado viva, sino una idea general de edad. Hasta tiempos modernos, e incluso en el pueblo donde pasé mi infancia, la gente rara vez sabía su edad. Y antes de los pasaportes, las tarjetas de identificación y los documentos, la gente escuchaba historias contradictorias sobre cuándo habían nacido. Mi propia abuela no estaba segura de cuándo había nacido y tenía al menos seis versiones diferentes de su edad. Con una sensibilidad histórica rudimentaria, entenderíamos que la idea histórica es simplemente una afirmación de que Aisha era una persona joven, más joven que la edad normal en la que la mayoría de las mujeres se casaban. Qué edad específica fue, no lo sabemos y nunca lo sabremos. Decir algo como esto, que haría de Aisha una mentirosa, carece absolutamente de sentido histórico, ya que afirmar si Aisha decía la verdad o no, supone que Aisha realmente registró alguno de los informes atribuidos a ella, lo cual es una suposición insostenible.
Ahora, añade a lo anterior el estatus político que ganó y la figura pública controversial en la que Aisha se convirtió, porque entre otras cosas lideró una rebelión, ni más ni menos que contra Ali (un primo del propio Profeta). Debido a esto ella se convirtió en el sujeto de numerosas invenciones históricas y contra-invenciones. En nuestra mente moderna debemos tener presente que, cuando leemos un informe que dice que Aisha tenía seis años cuando se casó (o cuando se le prometió en matrimonio) o nueve o doce o incluso, en algunos informes, hasta 20 años, esos informes buscaban “negociar” el estatus de Aisha, retratándola ya sea como una persona joven, irracional e inmadura cuando se rebeló contra Ali, o retratándola como mayor y, por lo tanto, más madura y sagaz cuando se enfrentó con Ali en la Batalla del Camello. Por lo tanto, el tema de la edad de Aisha tiene nada que ver con la sexualidad del Profeta como nosotros los contemporáneos hemos tratado estas tradiciones histórica, sino que tiene todo que ver con intentos de acreditar o desacreditar a Aisha como una figura pública, ya sea mostrándola como una mujer agresiva o como una mujer asertiva y dinámica, todo esto en una sociedad patriarcal y en gran medida misógina.
A esto añado, que si aceptamos los informes que implican que Aisha fue víctima de violación, tenemos que hacer sentido de los informes que afirman un gran amor mítico entre Aisha y el Profeta, así como a los informes que, en lugar de retratar un alma asesinada (que es a menudo lo que les sucede a los niños que son violados sexualmente), retratan a una mujer empoderada y enérgica que se convierte en líder política y en una gran jurista. Hay una tensión innegable entre el intento de construir a Aisha como una víctima o al Profeta como un ofensor, y las numerosas tradiciones en las que los roles se invierten, informes que construyen a Aisha como una mujer agresiva y dominante, y al Profeta como un hombre algo diminuto que no está dispuesto a enfrentarse a las numerosas demandas de Aisha. Mi punto aquí es que no podemos tergiversar ni abusar de la historia para darle “poder” tanto a momentos históricos como a nuestras demandas egoístas. Por ejemplo, toma el caso de Juana de Arco. Si crees que tenía realmente 15 o 16 años cuando lideró los ejércitos de Francia, entonces tengo algo que decirte. Todo lo que podemos saber es que era una mujer joven. Podría haber tenido 15 o 20 años, o podría haber sido una mujer de 25 años que parecía muy joven. De manera similar, Aisha podría haber sido una solterona, como afirman algunos informes, cuyos intentos de encontrarle un pretendiente adecuado por parte de Abu Bakr (su padre) se frustraron constantemente. Por lo tanto, podría haber sido una mujer mayor que parecía joven, o que fue inventada en los informes para parecer joven, para que el Profeta no se casara con una mujer que había sido rechazada por todos los demás; o podría haber sido una mujer joven que parecía infantil, o incluso una niña según alguna medida histórica. Simplemente no lo sabemos y debemos aceptar que no podemos saberlo.
Finalmente, si alguien es lo suficientemente ignorante como para aceptar que el Profeta violó a una niña, entonces tendremos que entablar una larga conversación sobre lo que significa la violación; lo que significaba la violación en el siglo XXI, en los años 90, 70, 30, a principios del siglo XX, en el siglo XIX y así sucesivamente. Cualquier persona con la más mínima educación legal sabría que constructos como la violación, la autonomía, el consentimiento, el voluntarismo, el determinismo, el libre albedrío, etc., son socialmente construidos y altamente contingentes. Por lo tanto, si decimos que el Profeta violó a una niña, eso también significa que alrededor del 90% de las figuras bíblicas, sin mencionar las figuras que formaron las tradiciones cristianas, judías, hindúes, budistas, zoroastrianas y todas las demás en la historia, también eran violadores de niños. Elegí responder a tu mensaje porque percibí una sinceridad en él, y también tengo la intención de hacer pública mi respuesta sin usar tu nombre, por supuesto. Gracias por escribirme y espero recibir noticias tuyas en el futuro.
Dr. Khaled Abou El Fadl
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