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Aprende Islam

Aforismo #9

 “Las acciones difieren porque los estados y la receptividad de los corazones difieren".

 

Ahora bien, te sorprendería saber cuánto tiempo se gasta en este breve aforismo que dice que el género de los actos, el tipo de actos en los que los seres humanos están llamados a participar, difiere según los diferentes estados del ser. Un impulso, puede ser malo o bueno, los impulsos vienen, sean de luz o de oscuridad y a medida que estos impulsos llegan, de luz o de oscuridad o una mezcla de ambos, dejan a los seres humanos en un estado donde podría predominar el mal y, por lo tanto, su estado de ser se inclina hacia la oscuridad y lo demoníaco. O bien, podrían tener una mezcla más o menos equilibrada entre los impulsos buenos y los malos, lo que lleva a un estado de ansiedad, confusión o desequilibrio, ya que ambos impulsos prevalecen en diferentes momentos, sin que ninguno domine claramente sobre el otro. Debemos hacer activamente un acto de resistencia sistemática contra los pensamientos y los impulsos malvados, y la limpieza de tales pensamientos hasta que tu estado de ser se caracteriza generalmente por el rechazo a lo malo, y tu ser se orienta hacia la tranquilidad o la bondad. Así, no eres como un barco en un mar tumultuoso que lo tiran de un lado a otro, sino que eres un ser estable en el que estás limpio o en general eres inmune a estos impulsos, obviamente de vez en cuando puedes tener un impulso o pensamiento malo, pero tu estado general es bueno. Esto es lo que llaman "warid", y es algo que trabajas diligentemente para lograr. En el sufismo, dicen que avanzas de un "maqam" (estación espiritual) a otro, un estado de elevación. Un "maqam" es un estado que se ha vuelto estable e inalterable. Por eso te esfuerzas hacia Allah en un estado de pureza, trabajas duro para limpiarte, para estabilizarte y elevarte al siguiente "maqam", un estado más estable.

 

En el camino sufí, hay varios pasos estables hacia lo divino. Una de las mayores fuentes de confusión para las personas en este camino es que, aunque las personas puedan compartir los mismos objetivos espirituales, las rutas para alcanzarlos suelen ser tan únicas como el individuo. En la literatura, se habla mucho de que algunas personas alcanzan la elevación espiritual a través de una constante adoración y práctica devocional, mientras que otras lo logran rechazando todas las asociaciones materiales y despojando de su corazón las posesiones materiales. Otras pueden alcanzar el mismo objetivo a través de la profunda reflexión, etc.

 

Aunque el objetivo es el mismo, los caminos son diferentes. Esto significa que, aunque los caminos sean diferentes, el objetivo no lo es. Por lo tanto, es importante saber que cada estado que experimentas es lo que Allah te abre individualmente en el camino hacia lo divino. Hay quienes que en su camino leerán muchos libros, otros se dedicarán a obras de caridad, algunos se centrarán en el dhikr (recuerdo de Allah) y otros vivirán en gran pobreza y rechazo de toda riqueza. No es tu trabajo juzgar el camino de los demás, porque eso es el resultado de su estado de ser y la voluntad de Dios.

Respeta el estado de ser y el camino de los demás y enfócate solo en tu propio estado de ser. El hecho de que tu hermano, tu hermana, tu esposo, tu esposa, tu compañero más cercano o tus amigos más íntimos reciban diferentes consejos del Sheikh para seguir un camino distinto, o realizar un sacrificio diferente, no tiene importancia alguna. El hecho de que algo funcione para tu hermano o para tu hermana, tu esposo o tu esposa, pero no para ti, tampoco tiene importancia. El enfoque completo debe ser aprender a escuchar tu estado de ser y cómo Allah interactúa con él.

Recuerdo a alguien, en realidad es alguien a quien no quiero mencionar porque muchas personas lo conocen, pero es un médico obstetra. El me comentaba cómo ver nacer bebés o ayudar a dar a luz se había convertido para él, en un camino hacia la elevación espiritual, algo que ninguno de nosotros podría experimentar, pero cualquiera que lo conociera sabría que su relación con Allah se había vuelto muy íntima y especial debido a ese camino. Ahora, lo que él está haciendo es un servicio, pero parte de ese servicio es que lo hacía por una fracción de lo que otros doctores cobrarían para ayudar a las mujeres a dar a luz. De hecho, siempre les decía a las mujeres que ellas lo estaban ayudando a él, que ellas le estaban haciendo un favor a él y que, si pudiera, les pagaría porque ellas son su camino hacia Allah.

 

En la práctica, en el aforismo número 9 pasas mucho tiempo con él, sin embargo, en explicación, es más corto que otros. Este aforismo es un eslabón crítico en este camino espiritual donde aprendes a no mirar alrededor y compararte con otros, sino a mirar dentro y a ver tu relación con Allah como verdaderamente especial y única.

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