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Aprende Islam

Aforismo #5

"Tu esfuerzo por lo que ya te ha sido garantizado, y tu negligencia en lo que se te exige, son señales del desenfoque de tu intelecto/percepción."

 

Muchos textos sufíes toman esto como diciendo que hay cosas que han sido garantizadas, una de estas es tu provisión o el dinero que tendrás en esta vida. Yo acá hago una pausa y pregunto ¿cuántas personas conoces que tienen un buen nivel de riqueza o cualquier nivel de riqueza sin esfuerzo? Entonces, tomar lo que dice aquí el aforismo 5 y aplicarlo sobre el nivel de riqueza que cada uno tiene es injusto, porque refuerza esta imagen del sufí como un “vago”, que simplemente no quiere trabajar y quiere sentarse, etc. El verdadero camino está lejos de eso, tienes que cumplir con tu deber.

Piénsalo, esto no solo a nivel de tu riqueza personal, sino piénsalo a un nivel familiar. Si alguien se sienta y se niega a ejercer cualquier trabajo, cualquier esfuerzo y como resultado sus hijos están muriendo de hambre y dicen: “bueno mi sustento ya está fijado por Allah”, todos estaríamos de acuerdo en que eso es una conducta reprobable e intuitivamente reconoceríamos eso como una conducta errónea. De hecho, en la tradición islámica hay una ética muy fuerte con respecto al valor del trabajo y la idea de que cualquier dinero que hagas sin esfuerzo es Haram (prohibido). Mi hermano me contó recientemente la historia de una mujer muy vieja y pobre en Egipto, la cual apareció aparentemente en un programa de televisión que va por la ciudad en busca de personas pobres, a estas personas le hacen preguntas muy fáciles y luego les regalan miles de libras egipcias. El tema es que esta señora se negó absolutamente a tomar el dinero, el periodista insistía en que tomara el dinero y ella seguía diciendo que es Haram. Él le pregunta ¿por qué es Haram? Y ella le responde “porque no trabajé por este dinero y si no trabajé por este dinero es haram”

 

Esta ética en el Islam, de que tu sustento es de hecho algo por lo que tienes que trabajar está muy profundamente anclada en la tradición, y se encuentra en una fuerte contradicción con la teología popular que escuchas de los musulmanes hoy en día, de que todo el sustento ya está fijado por Allah, hagas lo que hagas. Ellos dicen esto, pero en realidad no lo creen ni lo practican… Si tu sustento está fijado desde el minuto en que naces entonces, ¿por qué estudias y te conviertes en doctor?, ¿por qué estudias y te conviertes en ingeniero? y ¿por qué emigras a los Estados Unidos por mejores oportunidades? Si eso es realmente lo que crees, ¿por qué es que hostigas a tus hijos y les dices que tienes que convertirte en doctor, tienes que convertirte en ingeniero? Esta teología popular es algo que se repite todo el tiempo, pero innatamente no lo creemos y no lo aceptamos, y de hecho descubres cuando vas más allá de la teología popular que tu sustento como muchas otras cosas, está determinado por Allah con relación a tus elecciones y tu esfuerzo.

 

Este es tu destino si haces A, B o C, y tienes un destino alternativo si no haces A, B o C. Aquí lo que incluso el autor está diciendo y alertándonos es algo más allá de esto, nos está diciendo que hay cosas donde tu esfuerzo y tu trabajo duro no hacen diferencia, y por otro lado, que hay cosas donde de hecho se espera que te esfuerces, y si no haces lo que necesitas hacer para lograrlo es negligente, ¿qué se requiere para diferenciar entre los dos? El aforismo nos dice que es mediante el intelecto, pero más que intelecto la palabra en árabe se refiere a tu percepción, a tu comprensión.

 

Esto es muy interesante porque Ibn Ata'illah al-Iskandari a pesar de haber vivido hace siglos atrás, en otra de sus obras, dice que el fracaso en entender este concepto es lo que ha llevado a muchos musulmanes a apoyar a personas injustas, porque en verdad en su interior codician el prestigio y codician la falsa seguridad proveída por estas personas. Usan esta excusa para apoyarlos diciendo:” nos gobierna alguien injusto pero bueno, no podemos hacer nada ya que es la voluntad de Allah”.

 

Comentarios sufíes en el siglo XIII y especialmente al comienzo del colonialismo nos muestran la importancia de este principio, de hecho, la mayoría de las personas que resistieron a los invasores fueron de hecho, órdenes sufíes. Es por esto que las potencias coloniales pusieron una enorme cantidad de esfuerzo y dinero en corromper a las órdenes sufíes, ya sea en Argelia o en Marruecos o en Libia o en Egipto.

 

Un ejemplo de la falta de intelecto/percepción adecuada, es ver como las personas débiles rápidamente se rinden ante la injusticia y dicen es mejor no gastar nuestras energías en esta lucha. En el lenguaje teológico, podríamos decir que de hecho esto es un castigo de Allah debido al fracaso en ejercer tu esfuerzo, tú has hecho mal y como resultado de tu mala conducta por no hacer lo que necesitabas hacer, Dios permitió que te sucediera un destino que es horrible como ser gobernado injustamente.

 

Una de las cosas muy interesantes que desearía que los pensadores modernos redescubrieran, es que te diría que las cuestiones a las que te puedes rendir al destino son asuntos personales, en cambio respecto a los asuntos sociales, es presuntuoso decir que es un asunto del destino. Esto es completamente diferente a la forma en que pensamos hoy en día, creciendo donde yo crecí, es totalmente distinto a lo que tenemos en nuestra cabeza, ya que a menudo tratamos nuestros asuntos personales como “aquí es donde podemos conseguir lo que queramos, podemos cambiar el destino”, y luego cuando se trata de asuntos sociales, todos pretendemos como si estuviese todo escrito.

 

Es tu relación personal con Allah, la que te enseñará a aceptar la muerte inminente de alguien. Está bien, sabes, eso es voluntad de Allah. Es tu relación personal con Allah, la que te enseñará a aceptar a un niño que nace con ciertas condiciones médicas que quizás sean incurables, a pesar de todo lo que desees o hayas intentado. Allah nos dice que entre sus señales están las diferencias en vuestras lenguas y en vuestros colores, así que me sorprendió cuando descubrí que uno de los ejemplos que dan es que aceptarías el género de tu hijo y el color de tu hijo. Aquí es donde tu relación con Allah es que está bien, eso es voluntad de Allah. Tengo una niña, tengo un hijo que es de baja estatura, tengo a un hijo que es de cualquier color, de piel oscura, brillante, lo que sea. Pero cuando se trata de los asuntos de la sociedad, aquí la obligación es cumplir con tu deber de promover lo bueno y resistir lo malo, no te puedes rendir ante lo malo. Tu intelecto/percepción juega un papel crucial en tu relación personal con Allah, y esto no puede usarse para justificar cosas malas, como el transgredir derechos de las personas.

 

Un punto final y esto es una especie de punto sutil que, nuevamente, la teología popular se equivoca y se confunde. A menudo cuando encuentras a personas modernas que se llaman a sí mismas sufíes, para bien o para mal, confunden entre dos cosas muy diferentes, y a menudo te encuentras con una actitud que equipara el sufismo con rendirse a los males de la vida, sin juicio alguno sobre los males de la vida. Por ejemplo, cuando Trump aprobó la ley de prohibición musulmana en Estados Unidos, me sorprendió que conocí a algunas personas que se ven a sí mismas como sufíes, que en realidad tuvieron el descaro de decir esta ley de prohibición musulmana es parte de la voluntad de Allah y estar enojado con la prohibición musulmana es estar enojado con la voluntad de Allah. Así que, para estas personas su supuesta teología sufí no es solo aceptar a Trump como voluntad de Allah, sin mirar la manera en que somos culpables de esta islamofobia, sino poner la culpa en el umbral de Allah y decir esto es lo que Allah quiere y tienes que aceptarlo. Entonces, al final, por ejemplo, el racismo también es la voluntad de Allah, también la brutalidad policial, la prohibición musulmana y absolutamente todos los males son voluntad de Allah y no puedes estar enojado por ello. De hecho, un tipo me dijo: “bueno, al final todos los males terminarán cuando Allah lo desee”, es como si pudieras simplemente sentarte en tu trasero y no hacer nada y sabes, Allah lo trae y Allah lo quita y todo da exactamente lo mismo. Esta es precisamente la manera en que shaytan entra y corrompe toda la teología de la confianza en Allah.

 

Entonces, si eres capaz de cambiar algo o incapaz de cambiar algo, si eres alguien que transita este camino espiritual, estás obligado a reconocer el mal por lo que es y también estás obligado a condenar el mal. Puedes aceptar el destino de Allah relacionado a tus cosas personales, por ejemplo, si la ley de la prohibición musulmana te afectó personalmente y no pudiste ir a estudiar a los Estados Unidos, tienes que estar en paz con lo que Allah quiso para ti, pero eso no quita que estes enojado con los seres humanos que son responsables de esta injusticia. Sin embargo, cuando se trata de asuntos a nivel de sociedad, estás bajo una obligación constante de diagnosticar el mal, reconocer el mal, condenar el mal y luchar contra el mal de todas las maneras que puedas. Por ejemplo, obviamente hay un mundo de diferencia entre estar en una situación del tipo: “no puedo luchar contra la ley de prohibición musulmana porque el gobierno tiene a mis hijos y me ha dicho que, si demuestro mi descontento ejecutarán a mis hijos” y decir: “bueno, solo tenemos que aceptar la prohibición musulmana como voluntad de Allah”.

 

Nunca puedes aceptar actos que sean la causa del sufrimiento de otros, incluso si estos actos también te afectan, y tú a nivel personal, perdonas a los responsables de estos actos. Sin embargo, no tienes el derecho de poder perdonarlo por la manera que les afecta a otros.

 

En otro momento hablaremos de lo que las potencias coloniales han hecho para corromper el Sufismo en Argelia, en Libia y Mauritania, etc. Recuerda que todas las luchas que tuvo el colonialismo en el mundo islámico se generaron debido a la resistencia de las órdenes sufíes. Sin embargo, lamentablemente lo que encuentras hoy es: “oh tenemos que aceptar al gobernante injusto y tenemos que aceptar la injusticia y tenemos que aceptar al corrupto y celebrarlos porque son voluntad de Dios,” eso no es ni sufismo ni es Islam. Lo repito, eso no es ni sufismo ni es Islam, nunca fue Islam, ya que el nivel más mínimo que se exige en el Islam es reconocer lo que está mal y condenar lo que está mal.  Lo repito una vez más, si te encuentras con alguien que se autodenomina sufí, que anda para todos lados con una sonrisa de oreja a oreja y por ejemplo le preguntas por lo que pasa en Palestina y dice: “bueno, yo no he dicho nada a favor y nada en contra, soy un sufí, no doy opiniones”, entonces tú le dices: no eres musulmán y tampoco eres sufí, eres solamente un ser humano inmoral que usa al Islam para justificar tu inmoralidad.

 

 

 

 

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